BELGRANO MANUEL (1770 – 1820)

Historia de uno de los próceres y masones mas importantes de nuestra Patria

20 de junio de 2024 albarracin.cesar@gmail.com [email protected]
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Después de realizar sus estudios en la península Ibérica, al ser designado Secretario del Consulado en 1.794, Belgrano regresa a su Ciudad natal: Buenos Aires.

Emprende la ejecución de una serie de iniciativas progresistas (como la creación de las Escuelas de Comercio, de Náutica y Dibujo), que encuentran gran resistencia entre los retrógrados, pese a ponerlas precautoriamente bajo la advocación de diversos santos. 

Fue uno de los primeros en las acciones prerrevolucionarias y participó activamente en los acontecimientos de mayo de 1.810, actuando como vocal de la Primera Junta de Gobierno de las Provincias Unidas del Rio de la Plata.

Al frente de contingentes militares, llevo la revolución al interior del país, hasta el Paraguay y el Alto Perú, alcanzando el grado de general por sus brillantes victorias en Tucumán y Salta, de las primeras de las armas patriotas.

El 27 de febrero de 1.812, enarboló por vez primera la que sería la enseña argentina.

Junto a Rivadavia fue enviado al exterior en misión diplomática. 

San Martin y el son los que más influyeron para que el Congreso de Tucumán, en 1.816 declarara la independencia argentina.

Por la prioridad y decisiva importancia de sus hechos, es figura primigenia y una de las más brillantes de la historia Argentina. 

Iniciado en la Logia Independencia, de Buenos Aires, a fines del S. XVIII, integró también la “Sociedad de los Siete.”

En el Ejercito del Norte bajo su mando, funcionó una Logia por el presidida.

Asimismo fue miembro y V.M., de la Logia Argentina de la Ciudad de Tucumán, posteriormente denominada Logia Unidad Argentina. 

En la “Historia de la Nación Argentina”, editada por la Academia Nacional de Historia, en 1.939, vol. V, Primera Sección, pagina 409 – 11, se afirma que fue San Martin el fundador de la logia de Tucumán y de la del Ejercito del Norte, “en donde Belgrano y otros quedaron iniciados.” 

Hasta aquí, “LA MASONERIA ARGENTINA A TRAVES DE SUS HOMBRES” ALCIBIADES LAPPAS, 2° Edición, 1.966, pag. 119 – 120.


BELGRANO EL MILITAR - DE LA DESMESURA

Al año de triunfos y de expansión que siguió a la gesta de aquel mayo de 1.810, sucedió en 1.812 un período crítico, con una desigual guerra en dos frentes, en el norte y en la Banda Oriental, sin mandos experimentados, sin ejércitos organizados, sin armamentos y sin recursos.  


CAMPAÑA AL PARAGUAY

Aquí, nuestro prócer hizo gala de altas virtudes al armar un ejército desde la nada para marchar al Paraguay, campaña donde mostró sus habilidades y capacidad, con el propio hacer y el ejemplo personal ante oficiales, tropa, con sus paisanos y aún hasta con sus enemigos, así, nos relata este momento de su vida en sus Memorias: “Me hallaba de vocal de la Junta provisoria, cuando en el mes de agosto de 1.810, se determinó mandar una expedición al Paraguay, en atención a que se creía que allí había un gran partido por la revolución que estaba oprimido por el gobernador Velazco y unos cuantos mandones y como es fácil persuadirse de lo que halaga, se prestó crédito al coronel Espínola de las milicias de aquella provincia, que al tiempo de la predicha Junta se hallaba en Buenos Aires. Fue con pliegos y regresó diciendo que con 200 hombres era suficiente para proteger el partido de la revolución; sin embargo de que fue perseguido por su paisanos y tuvo que escaparse a uña de buen caballo, aun batiéndose no sé en qué punto para librarse. La Junta puso las miras en mí, para mandarme con la expedición auxiliadora como representante y general en jefe de ella: admití porque no se creyese que repugnaba los riesgos, que solo quería disfrutar de la capital y también porque entreveía una semilla de desunión entre los vocales mismos, que yo no podía atajar y deseaba hallarme en un servicio activo, sin embargo de que mis conocimiento militares eran muy cortos, pues también me había persuadido que el partido de la revolución sería grande, muy en ello, de que los americanos al soló oír libertad, aspirarían a conseguirla.”

La expedición (o campaña) al Paraguay la lideró con el grado de Coronel pues, según su propio decir, deseaba alejarse de las rencillas internas de la Junta y prestar un “servicio activo” desde septiembre de 1.810 hasta marzo de 1.811, evidenciando su falta de apego a las comodidades y natural predisposición al sacrificio.

La misión que debía cumplir Belgrano era hacer reconocer la autoridad de la Junta de Buenos Aires por el gobierno de la Intendencia del Paraguay y para la eventualidad de fracasar este objetivo, propiciar un gobierno propio con el cual pudieran existir buenas relaciones diplomáticas.

EJERCITO DEL NORTE

A comienzos de 1.812, Belgrano fue designado al frente del Ejército del Norte, en reemplazo de Pueyrredón. 

Hacia fines de junio, en retirada, el ejército revolucionario evacuó Salta y Jujuy, cuando tuvo lugar el denominado “éxodo jujeño”. 

Instalado en Tucumán, Belgrano disponía de no más de mil seiscientos hombres, mal armados, indisciplinados, sin fondos para financiar la campaña y en la miseria, mientras el ejército realista, compuesto por más de cuatro mil hombres (experimentados y bien pertrechados) bajaba desde el Alto Perú ganando posiciones.  

Luego de un efímero triunfo en Las Piedras, a comienzos de septiembre, se produjo el espectacular triunfo en Tucumán, en el Campo de las Carreras.

Alentado por los reclamos de la población tucumana, Belgrano decidió desobedecer las órdenes impartidas desde Buenos Aires y mantuvo posición, esperando la batalla. 

Luego de la importante victoria, en la que también se destacó Manuel Dorrego, Belgrano se dedicó a instruir y armar a sus tropas, esta vez con la renuencia del recién constituido II Triunvirato y avanzó hacia Salta, donde también derrotó a los realistas, ya en febrero de 1.813, retomando el control de la región.

El Q.H., Belgrano, ante su cometido militar nunca se vio amedrentado por la dimensión monumental y las posibilidades que se le ofrecían al duro desafío personal.

El vislumbraba a ese (proyecto de) país como una gigantesca posibilidad y como un desafío, sobre todo en función de su propia desmesura de libertad con la que tanto anhelaba.

Cuál era la diferencia entre un programa factible o un loco sueño?

La convicción con que hizo frente a la aventura militar, conjugada con los valores de lealtad, humildad, generosidad, liderazgo, obediencia es digna de ejemplo de las virtudes y valores a que debemos aspirar (como Masones y como hombres de bien).

De las nombradas hasta aquí, hay dos virtudes militares que constituyeron la inspiración del espíritu militar de Belgrano, que lo animaron a aceptar tamaño desafío: el patriotismo y el valor. 

La primera como virtud motora; la segunda, como virtud instrumental.
Belgrano se fue haciendo militar, con el andar en el camino, siendo su inteligencia y formación previa, lo que le sirvió para saber construirse y estudiar los temas militares.

Es muy posible que haya leído y estudiado a César: “Acuérdese del gran César”, le dice en carta a San Martín, refiriéndose a las características que animan a los grandes conductores. 


BELGRANO Y LA DONACION DE 40.000 PESOS PARA LA FUNDACION DE ESCUELAS – DE LA GENEROSIDAD

Por sus victorias de las Batallas de Salta y Tucumán, la asamblea del Año XIII, decidió premiar a jefes y soldados y obsequió a Belgrano un sable con guarnición de oro y le otorgó un premio de $ 40.000 oro; una cifra que por entonces correspondía al valor de 80 Kg. de oro.

Pero Belgrano respondió con abnegación y desinterés: el dinero (creía) degradaba la virtud y el talento entregado en defensa de la revolución: “Pero cuando considero que estos servicios en tanto deben merecer el aprecio de la nación en cuanto sean de una virtud y frutos de mis cortos conocimientos dedicados al desempeño de mis deberes y que ni la virtud ni los talentos tienen precio, ni pueden compensarse con dineros sin degradarlos; cuando reflexiono que nada hay más despreciable para el hombre de bien, para el verdadero patriota que merece la confianza de sus conciudadanos en el manejo de los negocios públicos que el dinero o las riquezas, que estos son un escollo de la virtud que no llega a despreciarlas y que adjudicarlas en premio, no solo son capaces de excitar la avaricia de los demás, haciendo que por general objeto de sus acciones subroguen el bienestar particular al interés público, sino que también parecen dirigidas a lisonjear una pasión seguramente abominable en el agraciado…; he creído de mi honor y de los deseos que me inflaman por la prosperidad de la patria, destinar los expresados cuarenta mil pesos para la dotación de cuatro escuelas públicas de primeras letras…”  

Pero no era Belgrano muy afecto al dinero, por lo que resolvió, como buen patriota, donar la cifra expresada, para la creación (dotación) de cuatro Escuelas públicas, de primeras letras en las que se enseñara a leer y escribir, aritmética, doctrina cristiana y los primeros rudimentos de los derechos y obligaciones del hombre en sociedad.

Las cuatro ciudades designadas fueron: Tarija (hoy Bolivia), Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero.

Belgrano aportó además un reglamento para las futuras escuelas, en el que proveía todo lo necesario para que se impartiese una educación adecuada, gratuita para los alumnos; un sueldo digno para sus docentes, la proporción de papel, tinta y libros para sus alumnos.

En el mentado reglamento, dispuso en relación al maestro: “el maestro es un padre de la Patria y merece en las celebraciones el sitial más destacado en el Cabildo local.”

Como la dotación para la constitución de las escuelas no llegaba, en 1.818, las provincias beneficiarias hicieron un reclamo en conjunto al Director Supremo. 

Recién para 1.823, Rivadavia les respondió insólitamente que no había podido dar con los fondos. 

Diez años después el gobernador de Buenos Aires, Juan Ramón Balcarce, admitió oficialmente que ese dinero formaba parte de la enorme deuda de la provincia de Buenos Aires.

En 1.858, Amadeo Jacques, reflotó el tema y en 1.870, el Estado bonaerense reconoció públicamente que los fondos existían.

En 1.882, los fondos belgranianos pasaron a ser parte de una cuenta llamada “Fondos Públicos Primitivos”.

En tiempos de la donación Tarija formaba parte de Salta. 

Tras la independencia del Alto Perú, la villa eligió integrarse a la flamante república de Bolivia donde hoy se erige la Unidad Educativa General Manuel Belgrano que se construyó con dinero argentino y fue inaugurada en el año  1.974 durante la tercera presidencia de Perón. El complejo ocupa una manzana de superficie, en la que funcionan desde entonces cuatro escuelas de nivel primario y secundario.

La Escuela destinada a Santiago del Estero, fue inaugurada por el gobernador Felipe Ibarra, con fondos propios, en mayo de 1.882 y funcionó hasta 1.926.

La provincia de Jujuy fue la que mejor cumplió con el legado belgraniano, las obras comenzaron en 1.813, pero a los pocos meses debieron suspenderse ante el avance de los ejércitos españoles, que bajaban del alto Perú.

El 3 de enero de 1.825, el Cabildo jujeño agradeció el gesto de Belgrano y declaró en un documento oficial: “será eterna la gratitud de las generaciones venideras, con el tiempo dará buenos padres de familia, ciudadanos a la República e ilustres defensores de la Patria”. 

Pudo funcionar apenas tres años, debió cerrarse en 1.828.

En 1.998, el gobierno jujeño le adjudicó a una empresa constructora U$S 700.000, para completar la obra, que demoró 6 años en terminarse y fue inaugurada el 7 de julio de 2.004, tras (apenas) 191 años de la donación. 

Es la Escuela Nº 452 de Jujuy, en el barrio Campo Verde.

En 1.976, el Gobernador de Tucumán quiso crear la Escuela de la Patria, se formó una comisión para cumplir con la memoria del prócer. 

Todavía en 1.981, el predio ubicado en la calle La Rioja al 600 e inaugurado con pompa por el Gobernador, con una piedra fundamental y así quedó. 

La piedra ya no estuvo y el (entonces) presidente Menem, retomó el tema, encargándole al Ministerio de Educación que se construyera la escuela soñada por el prócer.

Con los años la Escuela se construyó, pero claro, más chica y más cara que lo previsto en el presupuesto. No se sabe qué pasó con los $ 299.033, que quedaron de diferencia entre el monto remitido y el que pagó la Provincia.

Nos es dable reflexionar, respecto al grotesco derrotero de los fondos que con tanto gusto y desapego donó nuestro prócer, en una demostración sintética de las tensiones e intereses (incluso hoy, en esta sociedad con grieta) de los unos: compromiso con la educación y grandeza de la Patria naciente (tesis) y los otros: bajezas, inoperancia y dilaciones innecesarias (antítesis), la que al día de hoy se ve reflejada en más de una oficina pública o el adormecimiento de la sociedad. 

Nos es dable reflexionar, respecto a la abrumadora exhibición de valores y virtudes llevados a los hechos (no meramente declamados) por nuestro insigne Q.H. 

Nos es dable reflexionar e interpelándonos intentar imitarlo día a día, como maravilloso ejemplo de virtud ciudadana.-


Un Maestro Masón

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